10 mayo 2016

AL FINAL DEL INVIERNO... EN LISBOA

La elección de este título tiene mucho que ver con el próximo Encuentro de Clubes de Lectura de la provincia de Toledo, puesto que en la última reunión que mantuvimos los responsables de los mismos, ya quedó asegurado que el autor  será Antonio Muñoz Molina. Por tanto, ¿por qué no leer algún otro título, independientemente de que leamos también el libro que decidamos para ese día (normalmente el último que el autor tiene publicado)?; así nuestra aproximación a la obra del autor seria mayor. 
Y buscando títulos, y leyendo información sobre su última novela, me topé con la relación que ésta guarda con "El invierno en Lisboa".... Consulté catálogo de lotes para clubes de lectura, lote libre, lote pedido, tres sesiones más y libro leído. Ahora, nuestras impresiones...
Comenzamos la lectura con bastante ilusión, y enseguida nos dimos cuenta de que el autor es muy cuidadoso con el lenguaje, que utiliza unas descripciones -tanto de espacios como de personajes- muy minuciosas,  pero a medida que avanzábamos, el desconcierto iba haciendo mella en el grupo: ¿quién cuenta la historia?, ¿exite o no Lucrecia?... El autor parece jugar con estas dudas y con unos pesonajes que pueden haber existido en algún momento, pero dificilmente cerca del autor, y mucho menos cerca de nosotros, los lectores. Esta novela, que podemos enmarcar en la narrativa de los 80 o de la posmodernidad española, es un homenaje al cine negro norteamericano: ambientes nocturnos, bares con humo de cigarrillos y choque de vasos en la barra, persecuciones, gabardinas, pistolas, alguna muerte, quizá demasiada casualidad...
A nuestro grupo en general le  ha dejado un poco frío, como si no hubiéramos sido capaces de meternos por completo en su entramado, tal vez porque sigue unos patrones que están más cerca del guión cinematográfico que de la narrativa propiamente dicha.
Con todo y con éso (que dicen mucho por esto lares), estamos contentos de haber trabajado este título del autor al que vamos a tener la oportunidad de conocer, porque estamos seguros que nos va a servir de conexión con el que está aun por llegar, y sobre todo porque sabemos que los escritores progresn y evolucionan, y el Muñoz Molina de entonces queda ya lejos del que es ahora, y que cuando leamos "Como la sombra que se va" nos alegraemos de haber tenido la oportunidad de acercarnos a estos dos títulos que -como decíamos más arriba- tienen un curioso punto de conexión.

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