05 febrero 2021

EDICIÓN (o intento de edición) 2020-2021

La edición pasada -interrumpida de forma abrupta- terminamos las lecturas de forma individual y con pequeños comentarios de las lectoras cuando venían a devolvernos los ejemplares. Ésta, la comenzamos con ilusión pero con ciertas limitaciones, como las hay en todas las actividades de nuestra vida en la actualidad.
Para evitar las reuniones numerosas, decidimos espaciar las reuniones cada quince días para cada Club, y dividimos cada uno en dos grupos. Así un viernes nos reuníamos con el Club de las 4 (de 16'00  17'00 y de 17'00 a 18'00 h.), y al viernes siguiente hacíamos lo mismo con el Club de las 5. Así lo hemos venido haciendo durante el primer trimestre, salvo alguna suspensión por subida de contagios en la localidad. Luego llegaron las Navidades, Doña Filomena  y la vuelta al Nivel 3... Total, que hemos repartido nuevas lecturas pero seguimos sin poder reunirnos.
De las tres lecturas programadas, dos pudimos trabajarlas en grupo, pero de un modo u otro (de manera rápida y boca a boca), algo hemos comentado de la que quedó pendiente de cada Club, y podremos reflejarlo aquí.

Comenzamos con "Trece campanadas" de Suso de Toro, una historia de suspense que va y viene entre la realidad y la fantasía, entre el mito y la leyenda. La novela "contiene varias historias, todas ellas inventadas; unas dentro de otras a modo de cajitas chinas", según palabras del propio Suso, que también describe como "un libro romántico, fuera de época, al estilo del Drácula de Bram Stoker. Tiene mucho de mito y de leyenda y habla de la muerte y de la vida"
Lo cierto es que la historia engancha  desde el principio, está bien estructurada, con varios narradores intercalados y a la que -únicamente- le hemos puesto una pega: el final resulta demasiado sencillo para la complejidad de los temas que abarca.

Otro de los títulos leídos en ambos Clubes, aun que no a la vez, fue "El huerto de mi amada" de Alfredo Bryce Echenique, novela ganadora del Premio Planeta en el año 2002, y cuyo título hace referencia a un famoso vals peruano. Su trama gira en torno a la relación entre un adolescente y una mujer que le dobla edad, lo que permite al autor mostrarnos ese tipo de amor loco, libre de prejuicios, alegre y erótico, aprovechando para describir la clase alta de la sociedad limeña -a la que ambos pertenecen-, el arribismo de las familias venidas a menos, las relaciones con la servidumbre, el racismo... Para todo esto el autor utiliza un estilo lleno de un humor sencillo e irónico,  y con un enfoque narrativo bastante original y cambiante, pues en varias ocasiones el narrador comienza a contar desde afuera y, de pronto, se hace dueño del personaje y empieza a hablar a través de él. 
Desde luego, el autor maneja con total soltura el lenguaje oral de su tierra, pero a nosotros nos ha costado acomodarnos a su lectura, sobre todo en muchos de los diálogos (que acaban convertidos en monólogos), en esas frases llenas de "dichos" y "jerga limeña" que parecen no tener fin, y en las notas surrealistas (las conversaciones del protagonista con Dios y con su abuela muerta) que -en un primer momento- nos dejaron perdidos entre lo real y lo ficticio.

Terminamos el trimestre con "El baile de la Victoria" de Antonio Skármeta, también Premio Planeta justo el año después que "El huerto de mi amada". 
Estructurada como un guión cinematográfico (cincuenta capítulos ordenados como escenografías listas para un rodaje), cada uno de ellos alcanza su clímax narrativo al final, lo que contribuye a una lectura fácil y rápida, que te deja con ganas de continuar.
La novela gira en torno a tres personajes: Santiago, un joven presidiario que ha sufrido abusos por parte del alcaide de cárcel, que abandona gracias a una amnistía, no sin antes prometer asesinarle. El cincuentón Vergara Grey, mítico delincuente beneficiado también por la amnistía, jurándose que jamás volverá a cometer delito y decidido a recuperar a su esposa. Por último Victoria, la Victoria, como gusta que la llamen, estudiante del Liceo y con sueños de ser bailarina, cuyo padre fue víctima de la dictadura de Pinochet.  Al entrar en contacto estos tres seres marginales (Santiago propone un trabajo a Vergara Grey, conoce a Victoria y ambos se enamoran) comienza a desarrollarse la trama de la novela, centrada fundamentalmente en un gran golpe contra uno de los secuaces pinochetistas (y ya, no contamos nada más...).
Muy acertada en los diálogos, la novela está escrita de una forma sencilla, como para que ningún lector se quede apartado del relato, con descripciones muy concisas e intervenciones cortas, que sólo se dilatan un poco para aportar someramente algo del pasado con lo que el lector pueda componer las pequeñas historias de los personajes principales, y también de los secundarios, algunos de ellos tan memorables como los protagonistas. Para terminar, diremos que en nuestro Club ya habíamos leído con anterioridad, en otra edición, a Skármeta ("El cartero de Neruda"), y en esta obra hemos vuelto a encontrar el optimismo con que escribe, la ternura con la que trata a sus personajes, que contagian al lector -sean cuáles sean las circunstancias de personajes y lectores- su característica alegría de vivir.

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